Charlando con Anabel Cherubito

Septiembre de 2014


“Peleo por ser un ser libre”
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"Todavía veo publicidades que me irritan. 'Está feliz porque consiguió un producto para el piso que le da brillo', entonces 'le ilumina la vida'. 'Cuando un angelito se mancha...' Todas son mujeres las que limpian, las que lavan la ropa. Veo eso y es como si no hubiera pasado el tiempo"

 "Me gustaría terminar de entender que el hombre es distinto a nosotras. Porque para ellos es muy fácil decir 'nosotros separamos el amor del sexo',  pero ¿a que no lo separas si soy  yo la que se coge a otro? ¿A que no? También son contradictorios, porque cuando les pasa a ellos, es light, ahora cuando se trata de que es tu mujer la que lo hace de light no tiene un coño". 

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por María Maratea

Anabel Cherubito es actriz. Y aunque cuando habla se nota su acento “gallego”, es argentina. Vivió su primer año de edad en Chile y de los dos a los veinticuatro en España, Barcelona. Sus padres cruzaron la Cordillera en el ‘69, donde trabajaron en el Tren de la Cultura para Salvador Allende quien se convirtió en fanático de su padre, un talentoso guitarrista clásico.  En el 72,  su madre vino a la Argentina especialmente a parirla y volvió a Chile. En el ‘73, con el golpe de Pinochet, ellos, comprometidos políticamente, se exiliaron en Argentina. El Plan Cóndor desplegaba sus garras sobre América Latina y las amenazas fueron entonces imponiendo el nombre de Anabel, de apenas un año. La familia parte exiliada hacia Barcelona, donde continúan con su militancia. A los dos años, la nena ya sabe hacer cuerpo a tierra y tiene un nombre falso. En las reuniones a la que sus padres la llevan, ella pasa con una alcancía  juntando plata para Argentina y para Chile. Le es común encontrarse con Paco de Lucía, Mercedes Sosa o Eduardo Galeano. Entonces, empieza a ir a una escuela donde aun se enseñan y se ejercen, con maltrato físico hacia los alumnos, los valores del franquismo ya en decadencia.  Luego, la expulsión de ese colegio tras la devolución del cachetazo a su maestra. Ya en escuela pública, otras docentes ven en ella una noción de lo social demasiado fuerte para su edad y una sensibilidad especial para el arte la habilita a participar en todos los actos escolares, continuando luego en teatro amateur. Ya de vuelta en Argentina se prepara con dos grandes: Augusto Fernándes y Julio Chávez, iniciando una carrera profesional tanto en teatro como en cine y televisión. Hoy, a los cuarenta y dos, se encuentra estrenando la obra de teatro “Ser Ellas”, de idea propia, junto a Ana Celentano y Julieta Cayetina, escrita por la joven dramaturga Erika Halvorsen y dirigida por Adrián Blanco. La obra, que reflexiona sobre el mundo femenino, trata de un encuentro entre tres mujeres: Simone de Beauvoir, Eva Perón y Frida Kahlo.



¿En qué momento histórico transcurre la obra?
Se encuentran después de muertas. Las tres. Simone que es la filosofa, la escritora, les cuenta como fueron sus muertes, sus velatorios.  Hablan sobre lo que cada una hizo, sobre sus maridos, sobre los hombres que tuvieron. Es una obra de reflexión sobre el mundo femenino. Son tres actrices interpretando a estas tres mujeres y lo que les pasa a ellas con estos personajes. Ana Celentano es Eva, Julieta Cayetina, es Frida y yo, Simone. Adrián Blanco, el director, hizo un trabajo bellísimo. Es un gran desafío representar a estas mujeres que nos allanaron tanto el terreno y que la mayoría no sabe quiénes son.  A Evita todo el mundo la conoce, pero Frida…Simone... Frida que vive  un sufrimiento constante con ese Diego Rivera que era terrible.  Evita acompañando a Perón.  Simone de Beauvoir una de las primeras feministas, una mujer brillante y su pacto con Jean Paul Sartre.  Bueno, las tres eran feministas.

¿Fue un pacto de amor el de Simone y Sartre?
Ella decía que lo que la unía a Sartre era una amistad íntima y que eso era más que amor. Lo que Sartre le propone a ella es una relación absolutamente libre, acostarse con otros y además contarse lo que hacían con esos otros, en detalle. Lo interesante de esto, lo que a mí me encanta de Simone, es que cuando él se lo propuso a ella le dio mucho miedo, pero ella dio el paso, venció el miedo, descubrió la libertad y nunca más pudo volver de ahí. Y ese fue el motivo absoluto y principal de su vida: el placer y la libertad. Sartre escribe sobre esto,  dice “Yo quería mostrarme libre ante las mujeres, cosa bastante cómica porque era yo el que iba tras de ellas, hasta que un día quedé atrapado. El Castor –como le decía a Simone-, aceptó esa libertad y se la quedó para sí”. Simone decía no haber conocido a ninguna otra persona con tanta capacidad para la felicidad como ella. 

Pero Sartre le dice a Simone que no lo atrae en la cama.
Ella se excitaba con otros sin ningún problema. Tuvo varios amantes, uno fue el escritor norteamericano Nelson Algren con el que cuenta tuvo sus primer orgasmo,  y por el que estaba apasionadísima. También lo estuvo de un alumno, ella ya de cuarenta y dos y él de veintipico. Pero parece que Sartre no era muy bueno en la cama. Será que a los intelectuales les gusta más hablar que coger.  Bueno, no tan así, pero me causa gracia porque es como que les interesa más ser escuchados que coger, “estamos perdiendo el tiempo de escucharme a mí, con las cosas interesantes que tengo para contar…”  Ellos compartían sexualmente algunas alumnas, porque ella era bisexual. Tenían lo que llamaban una “pequeña familia”. Simone sabía que Sartre no iba a salir jamás de su vida. Una vez, cuando Algren le pidió que lo dejara ella le dijo, “No sería la mujer que amas si yo pudiera dejarlo”. 

Frida también tenía relaciones paralelas.  
También, sí. Ella fue amante de Trotsky cuando lo escondieron de Stalin en su casa donde vivía con Diego Rivera. Fue amante de Chavela Vargas, también de una fotógrafa.  Pero ella decía que tenía amantes casi por venganza. No era como Simone. Frida no. Frida quería estar con Diego y punto. Pintar, Diego, Diego, pintar, Diego pintar y ya.  Y el otro era tremendo, aunque ella ya lo sabía porque lo conoció desde chica y él siempre tuvo la misma fama. No sé si hubiera tenido esa devoción por un hombre que no fuera así. Porque cuando se tiene esa cosa segura…

Uno busca seguridad todo el tiempo pero cuando la encuentra ya no se calienta…
Exactamente. Es tremendo. Te rompe la cabeza pero es así.

¿Qué marcó la historia de Frida?
Lo que marcó la historia de Frida fue su propia historia. Y sus pinturas. Era muy transgresora en esa época, porque ser bisexual abiertamente, pintar lo que ella pintaba, moverse en ese mundo de hombres. Y supongo que también tuvo que ver su historia con ese accidente en el tranvía. Más la poliomielitis que tuvo cuando era chica. Fue operada más de treinta veces...

Un alma dentro de un cuerpo machucado.
Sí, que por momentos podía llevarlo y por momentos ahí estaba, tirada en una cama. Impresionante. Y lo que escribía “Pies para que os quiero si tengo alas para volar”. Pero para Frida su peor sufrimiento fue Diego. Una tortura. El era un mujeriego, un loco. La engañó hasta con su hermana. El día que se casaron terminaron a los tiros, la ex mujer de él fue, le levantó el vestido a Frida y se burló de sus piernas. Así arrancaron ellos. Los llamaban “los monstruos sagrados”. Era una relación muy tortuosa. Hasta la dejó por María Félix, la actriz mexicana. Pero Frida también se enganchó con ella, fueron amantes. Después volvieron a estar juntos.

¿Y Eva?
Eva fue recontra fiel. La obra en un momento dice: “Eva el mundo te necesitaba virgen, ya decían que eras una puta porque eras actriz, imaginate si te encontraban amantes”. Eva le dedicó su vida a la política. Seguramente, al principio, hubo pasión, porque de hecho Perón casi deja todo por ella. Pero creo que la libido estaba puesta en la política. Sin duda. Quien dice si Evita hubiera vivido más no hubiera sido un ícono de la liberación sexual, porque la mayoría de las cosas que logró fueron para la liberación femenina. Ella estaría feliz, hoy, con la ley del matrimonio igualitario.
  
¿A vos qué te pasa con el personaje de Simone? Sos medio Simone…
Y, sí. Yo vengo luchando en mi vida, preguntándome por todo lo que está estipulado, si yo quiero eso.  Lo que socialmente “debe ser”. Lo que decía Simone, que una mujer se hace no nace. No por poder tener hijos el destino es ser madre solamente.

Ella se pregunta cuántas mujeres eligieron ser madres.
Sí, en Mater Dolorosa, cuando algunas mujeres deciden porque están vacías tener un hijo y dedicarse plenamente al niño y ese niño crece con esa culpa de esa madre que le dedicó toda la vida. Ella dice que el deber con los niños es crear seres dichosos, hay toda una cosa muy interesante ahí que habla sobre la maternidad.

¿Vos tendrías hijos?
Hasta ahora he decidido no tenerlos. Me encantan los niños de toda la vida, he trabajado con niños, pero no he sentido todavía, hasta hoy, el deseo de ser madre. Espero que si me aparece que sea pronto porque ya con cuarenta y dos….

La mejor edad. Las mujeres de 40 son las más deseadas.
Yo noto algo de eso. Y pendejos, eh. 

Sí, una dice cuaren…y se mueren…los de 18, 25, tipos de 30, 40, 50. 
Si antes pensabas que te gustaba el sexo, ahora mucho más. Hormonalmente. A los cuarenta se coge mejor, se es más libre.

¿Cómo vivís tu sexualidad?
Yo, peleo por ser un ser libre. Libre significa plantearme todo desde cero. Porque uno nace y está todo escrito, las leyes están dichas,  la religión que te la meten por un tubo. Mi  lucha es intentar despojarme de lo que está socialmente impuesto.  Esa cosa de tener que creer, por ejemplo, que la monogamia es natural cuando considero que la monogamia no es natural. Es algo que uno puede elegir con todo el amor del mundo, pero no es natural.  

¿Qué es lo natural?
Lo natural es sentir deseo por otras personas, después de un tiempo de estar en pareja sobre todo…

¿Y si fuera al mismo tiempo?
Lo puedes sentir pero no llevarlo a cabo. 

¿Reprimiendo el deseo?
Yo creo que las mujeres…por lo menos yo, cuando estoy enamorada no existe otro hombre para mí. No me aparece ese deseo. Después de unos años, tal vez.  A mí me ha aparecido, lo viví, sí, pero me separé. 

¿Aceptarías que tu pareja lo sienta y lo viva?
Es una lucha porque uno quiere que esa persona esté solo con una. No creo que pudiera aceptarlo, pero sí sé que lo que quisiera es no enterarme nunca. Ni voy a hacer nada, ni voy a mover un dedo para enterarme. Masoquista, no.

¿Y si te enterás?
Si me enterara el otro tiene que ser muy boludo. No tengo idea cómo reaccionaría porque no me ha pasado.  Sé que es un discurso contradictorio, como la vida misma. Pero mi lucha es que no quiero estar pendiente de eso, quiero vivir en libertad mi amor, mi sexualidad, después de ahí a lo que pueda pasar no lo sé. Intento rescatar la calidad del tiempo que compartimos. Los momentos cuando estoy con el otro donde me siento amada y yo lo amo. Después, obviamente desearía que él no desee estar con nadie que no sea yo. Pero no puedo manejarle la vida al otro. Decirle, bueno a partir de ahora no te acuestes con nadie porque así lo digo yo. Quién soy yo para decirle al otro con quién se tiene que acostar y con quién no. 

En ese momento sos la mujer que está con él. ¿No hay derecho?
Yo no tengo derecho. Nadie debería tener derecho a decirle al otro con quien debe y con quien no debe acostarse. Yo puedo expresarlo como deseo:Me encantaría que solo quieras estar conmigo”. Pero nada más.

Una también podría pedir que avisen, “bueno andá, acostate con otra, y cuando venís vemos…”
Sí, pero también puede pasar, por ejemplo, que de repente el tipo tenga un momento de calentura, esté con otra mina y vuelva mas enamorado de nunca… 

¿No sospecharías de golpe tanto amor?
No lo he vivido tampoco. Yo sé que no soy dueña de él, ni de su cuerpo, ni de su deseo. Me gustaría terminar de entender que el hombre es distinto a nosotras. Porque para ellos es muy fácil decir “nosotros separamos el amor del sexo”,  pero ¿a que no lo separas si soy  yo la que se coge a otro? ¿A que no? También son contradictorios, porque cuando les pasa a ellos, es light, ahora cuando se trata de que es tu mujer la que lo hace de light no tiene un coño.  

¿Te conflictúa la infidelidad?
Intento no estar pendiente de eso. 

¿Naturalmente o con esfuerzo?
Prefiero no meterme por esos terrenos que son barro puro, y de forma bastante natural porque lo vengo trabajando hace mucho tiempo. Hay cosas que uno trabaja día a día y va logrando ciertos resultados. Yo prefiero no meterme a pensar en esas cosas porque no me hace bien.  

Vos una vez dijiste “me enamoro de los hombres pero puedo estar con una mujer si me gusta”. Fue en un programa de televisión del que solo me acuerdo la actitud babosa del tipo que te entrevistaba. ¿Seguís pensando lo mismo?
Sí. Tuve una relación con una mujer. Fue de adolescente, cuando tuve curiosidad como la mayoría de las personas. Esa relación fue divina, hermosa, me alegro de haberla tenido. Pero yo nací heterosexual, no lo elegí. Me lo indica el deseo, el cuerpo habla. Yo creo que la sexualidad claramente no se elije. Uno nace heterosexual, o bisexual o nace homosexual.  Me puedo calentar con una mina pero también pienso que es porque yo conozco ese cuerpo,  y conozco lo que siente esa mujer en el cuerpo. A mí me erotiza la desnudez tanto de un hombre como de una mujer, pero al que me quiero coger es a él. 


Yo venía de una relación con un tipo de características muy femeninas. Él de día, por ejemplo, mientras yo salía a trabajar, se quedaba en casa mirando telenovelas y salía a laburar de noche unas horas. Era actor.
Vos tenías el falo.

Digamos que sí. Pero yo no me daba cuenta. De pronto, cuando terminó esa relación me encontré por la calle mirando minas. Hasta les decía piropos. Me quedé con eso dando vueltas, hasta que se me dio unos años después con una mujer.  Sólo con una mujer homosexual sentí que podía animarme.  
Yo también he dicho piropos a mujeres “Qué belleza, por favor”. “Qué hermosa”. Pero creo que también se da de fantasear con una mujer homosexual, sabiendo que a ella le gustan las mujeres.

Sí, algo de eso hay. Pero esa vez fue más que cumplir una fantasía, estuvimos unos meses y hasta creo que me enamoré. Al final me resultó de lo más natural del mundo. No me volvió a pasar, pero si volviera a sentirlo no tendría ningún problema. Ahora, eso no me califica como homosexual o bisexual. Muchas veces pienso que me sería mucho más fácil compartir la vida con una mujer. Sé que, por lo menos no tendría los conflictos que vivo con los hombres...
Si una pudiera elegir, yo seguro que me llevaría mejor con una mina. Me entendería en todo, la entendería en todo, es más fiel… ¡Pero me gustan los hombres!

Ese es el problema. A mí también ¡Ja!  ¿Y con los celos cómo te llevás?
Me han celado mucho pero yo he sido muy poco tolerante.  Trato de que el otro se sienta seguro a mi lado. Me gusta que la persona que amo se sienta tranquila. Si amás a alguien deseas que esté feliz, no me gusta justamente entrar en hacerle sentir celos y todo eso. Todo lo contrario. Como no quisiera que me lo hagan a mí. Cuando veo una estrategia de alguno que lo que quiere es darme celos, me parece un boludo. “No me das celos, me pareces un tonto”. Un poco la libido se me cae.

¿Con qué otras cosas se te cae la libido?
Cuando le veo los hilos al títere. Me mata cuando le veo la estrategia. También con la tibieza. El no jugarse por nada. Esos que dicen no hay que estar de un lado o del otro. ¿Está tan mal eso? Ojalá estuviéramos todos de acuerdo pero de algún lado hay que estar. La cosa tibia, me mata, y en un hombre, más. Con la falta de humor también se me cae. 

¿Esta sociedad sigue siendo tan machista como siempre?
Sí, eso es lo que yo veo cada vez más, falta mucho todavía, mucho. Cuando estábamos ahí peleando por la ley del matrimonio igualitario decía,  pensar que estamos peleando por esto, es hasta ridículo que haya gente que tenga que decidir si hay dos personas del mismo sexo que se puedan casar o no.  Sí, falta mucho. Todavía veo publicidades que me irritan. "Está feliz porque consiguió un producto para el piso que le da brillo", entonces “Le ilumina la vida”. "Cuando un angelito se mancha..." Todas son mujeres las que limpian, las que lavan la ropa. Veo eso y es como si no hubiera pasado el tiempo.

¿En Barcelona cómo es?
Es menos el machismo a pesar de que también hay mucho femicidio. El hombre allá es como más honesto, más claro que el argentino. Yo, desde que me crié recuerdo ver mujeres de la mano, hombres de la mano y vine acá y no veía a nadie. Me preguntaba dónde están los homosexuales en este país.  Para colmo llegué en los ’90. Casi me muero.

Supongamos que Simone de Beauvoir te dijera hoy que continúes con su legado. ¿Por dónde empezarías?
Justamente haría lo que hacía ella, intentar que las mujeres primero, no dependan económicamente, porque creo que depender de un hombre es de las peores cosas que le pasan a una mujer. Pelearía porque todas las mujeres tengan una profesión  y puedan sostenerse económicamente solas, porque la dependencia económica se paga cara. Te somete. No podría nunca yo depender económicamente de alguien. Me parece hasta humillante. Respeto a las mujeres que les encanta ser mantenidas, pero yo lucharía para que puedan realizarse. Otra cosa sería que entiendan que el fin no es solo ser madres y dejar su propia vida por eso,  que intenten ser lo más libres posibles sexualmente. Y seguir luchando por tener los mismos derechos que los hombres porque seguimos siendo esclavas. Ellos han tenido un privilegio biológico desde siempre al que nunca han claudicado. Ellos se han podido afirmar solos, como sujetos soberanos, y nosotras no, nosotras la venimos remando como bestias. Recién hace tres días que votamos. Tres días. Seguimos siendo para el hombre la parte de la humanidad a la que le falta algo, las castradas. Y lo peor es que está lleno de mujeres machistas, que siguen criando machistas. Me da mucha lástima. Me da pena ver como alguien va en contra de su propia sexualidad. Además, religiosamente siempre hemos sido la perdición. Como ellos no saben qué hacer con lo que les pasa con nosotras, no saben qué hacer con nosotras y con lo que los movemos sexualmente, somos entonces la manzana podrida. Hay algo en el inconsciente colectivo que nos ubica en ese lugar. Creo que tiene que ver con eso, desde el principio el hombre salía a cazar y la mujer se quedaba cuidando en la casa. Muchas cosas han ido evolucionando, pero eso  más o menos. Aunque hoy tenemos una presidenta mujer, todavía falta muchísimo.

Una presidenta mujer, que la tiene que remar el doble por ser mujer.  Y lo que es peor, con un montón de mujeres machistas que no se la bancan porque tiene esos tremendos ovarios y por estar donde está. 
¡Qué ovarios! Sí, el odio que tienen las mismas mujeres contra ella no se puede creer. Muchas veces a uno le irrita lo que no se atreve a hacer.  Yo una vez me di cuenta, cuando alguna vez he sentido celos específicamente con una mujer en especial, que me rompía la cabeza, era porque a mí me gustaba. Ella me parece inteligente, es más libre que yo, y eso me irrita. Pero ella qué culpa tiene que soy yo la que tiene el problema. El problema lo tiene uno, no el otro la mayoría de las veces, ¿no? Somos seres culturales. Estamos atravesados por lo cultural. Todavía, cuando una mujer tiene cierta edad y no es madre o no se ha casado se preguntan "pobre, ¿qué problema tiene?". Nadie dice decidió no tener hijos, decidió seguir con su profesión, decidió ser una persona libre.

Yo todavía lo escucho de mí “pobre, qué mala suerte, no se casó, no tuvo hijos”  ¿Mala suerte?
Es que sí, es tremendo. Dicen “Pobre, no habrá podido tener hijos” o peor “Nadie habrá querido tener hijos con ella“. Pero vengan a decirme que son todas las familias felices, por favor. Y que un hijo te hace feliz. Un hijo debe ser lo más hermoso que te puede pasar pero también lo más terrible.   

¿Estás en pareja?
Sí, estoy en pareja hace un año, con un ser súper luminoso, muy espiritual.

¿Lo sexual se antepone a lo artístico?
Ahí hay que hacerse la idea de lo que quieren de uno y lo que uno quiere dar. Hay que entrar un poco en el juego. Yo he jugado un poco esa doble cosa porque hay que trabajar, no pienso ni que es un pecado ni algo terrible. Acá muchas actrices hicieron Playboy. Yo lo hice, pero parece que es lo único que he hecho. Aparezco en pelotas en todos lados, pero es muy gracioso, porque creo que la mía es de las únicas notas en bolas hablando de política. Aparte hay que mostrar el doble: que puedes actuar, que eres seria, que eres profesional. Hoy ya está, ya no tengo ese problema. La revolución se hace desde adentro decía Marx, si estoy afuera no puedo dar mi opinión, estando adentro, sí. Está bueno eso.